Éste se siente perdido, por si no fuera poco la descolocación que supone la pérdida de la situación espacio-temporal, vienen a añadirse a la desoladora, y por otra parte tediosa, sin razón diaria, la tristeza subyacente en cualquier resquicio de cordura. No tiene por qué significar nada en especial, quizás sólo se trata de momentos valle, o quizás se trate más bien de la cruda realidad, a la que hay que adaptarse sin solución de continuidad si no quieres ser devorado y ser conducido directamente a la auto destrucción.
Desde que llegué a estos momentos mi postura natural ha sido adoptar una especie de escepticismo banal frente a todo, que por ser nuevo, ha sido asimilado en una manera singular, singular no en cuanto a diferente, si no especial, y no por ser diferente, si no superfluo, como el aire ...
En fin, corren malos tiempos para todos, pero de quien viene directamente del más terrible y angustioso de los infiernos, puede esperarse algo más que lloros y pataletas, más comunes, por otra parte, de los que nunca sienten la consciencia, ¿para qué pedir peras al olmo? es la guerra de lo inevitable, la que nunca puede ganarse.
En fin, corren malos tiempos para todos, pero de quien viene directamente del más terrible y angustioso de los infiernos, puede esperarse algo más que lloros y pataletas, más comunes, por otra parte, de los que nunca sienten la consciencia, ¿para qué pedir peras al olmo? es la guerra de lo inevitable, la que nunca puede ganarse.