26 de agosto de 2008

Obama.

No se exactamente que pensar de este hombre, me cae bien y además parece honesto pero con tantas esperanzas depositadas, lo que suele pasar es que al final defraude, porque en definitiva, y aunque sea el gobernante del país mas poderoso del mundo, no deja de estar en manos de valores económicos mas elevados, los de las grandes corporaciones, los verdaderos gobernantes, a cuyos intereses todos acaban plegándose, ya que entre otras cosas, son ellos quienes sufragan sus campañas y quienes dan el OK final. No nos engañemos.



No le niego buenas intenciones, se pueden tener si escondes en un rinconcito muy oscuro las verdaderas razones que le han llevado a tan privilegiada posición y que con la inteligencia que le presupongo debe conocer perfectamente, en realidad sólo hace falta obviarlas, aunque van a quedar allí, por mucho que se quieran negar inconscientemente, van a venir a cobrar su factura. Esas grandes corporaciones, digo.

Parto de la premisa de que quien realmente es válido para la política siempre acabará negándose a ejercerla, por lo que cualquier gobernante nunca será, por definición la persona idónea. Se trata de una visión muy pesimista de la política, lo sé, pero es que todos sucumben a su erótica, es decir acaban olvidando que es lo que le has llevado hasta allí, para recrearse en los cargos que han conseguido convenciéndonos de sus bondades. Entonces dejan ya de gobernar para nosotros y lo hacen por el propio placer de gobernar.

No le niego la honestidad a ninguno, ni a Aznar, ni a Zapatero, ni a Obama ni a Bush (bueno, a éste a lo mejor si), sólo que si llegaron donde están, y precisamente por eso, no son las personas indicadas. Creo que necesitan mas humildad, que les permitirá no perder el contacto con la gente a la que representan, al final no son mas que eso : REPRESENTANTES, no gobernantes. Me pregunto como alguien con 7 casas (por ejemplo) puede entender el problema de la vivienda, o como una mujer soltera y sin hijos puede comprender el problema de las familias. Yo quiero que quien me represente me entienda y ellos no pueden entenderme, porque no me conocen ni a mi ni a mis problemas, viven en una nube de consejeros abrazafarolas y besaculos que les dejan ver mas allá de sus narices.

Creo que la clave estaría en algo parecido a una transfiguración, que se olvidaran de ellos mismos para transformarse en quienes representan, sería una especie de renunciar a su propio ego para ser en cada momento conscientes de que son el pueblo y no sólo su representante y gobernante, y para eso amigos hay que pagar un precio muy alto, el mas alto, el de la renuncia a uno mismo, por lo menos durante el tiempo que se está gobernando, un precio además que no están allí para pagar, sino para cobrarlo. Eso no lo haría ninguno de los que tenemos ahora y ése es el motivo que los inhabilita.

Por supuesto, me he ido al escalón mas alto de la cadena de mando, que decir de los otros "gobernantes", léase presidentes autonómicos, de diputaciones provinciales, alcaldes o incluso de clubes deportivos. Al final, todos caen en los mismos errores.

21 de agosto de 2008

La "buena" herencia de la esclavitud.

Satisface ver como de uno de las mayores barbaridades cometidas por el hombre, la esclavitud y la posterior segregación, se llega al mas-que-exagerado orgullo patrio norteamericano, se les reconoce a los negros su fortaleza física y mental, re-introduciéndoles en su sistema ya como ganadores.


No se si ellos mismos son conscientes de sus orígenes, de como sus antepasados llegaron al país que ahora les aclama, de cual es su herencia. Creo que la mayoría de ellos, como es de ley, lo han debido olvidar embriagados por los laureles del triunfo. Porque es de ley reinventarse y adaptarse, nuestra corta vida no nos permite transmitir nuestros recuerdos y vivencias a nuestra descendencia, gran error, así nos va ..., condenados a cometer siempre los mismos errores.

Si hubieran heredado el recuerdo de la barbarie que sufrieron dudo mucho que sintieran ningún orgullo por la bandera que ahora veneran, ni por ninguna otra.