22 de enero de 2009

El quid de la cuestión.

Los que no nos encontramos en posiciones establecidas, predefinidas de antemano no se sabe según que razonamientos o condicionamientos se nos presentan varias dudas con respecto a la amenaza de huelga de los jueces. Con mi escasa formación en leyes (más bien nula) pero con un poco de sentido común si que he llegado a una conclusión, no debe estar muy claro en la Constitución o demás leyes de rango inferior si realmente disponen de ese derecho o no, con lo que vuelvo a dudar respecto al tema que nos ocupa ¿tienen derecho los jueces a la huelga?



En contra de ese derecho hay varios razonamientos basados en la pura lógica como la separación y no confrontación entre poderes del estado o la pérdida de independencia, ya que si quieren disponer de los derechos elementales de todos los trabajadores deberían también asumir sus obligaciones, ¿hay algún trabajador que tenga el sueldo vitalicio?, ¿hay algún trabajador que no pueda ser despedido?

Pero también hay argumentos a favor como la mala situación de la justicia en España, o la gran presión a la que están sometidos, por no hablar que se trata de un derecho elemental reconocido hace ya muchos años.

Sigo dudando.

No nos olvidemos tampoco de que el derecho de huelga no es algo gratuito, está regulado por ley e incluso prohibido explícitamente para ciertos sectores. Se trata de un derecho, pero todos tenemos la obligación de utilizarlo de manera responsable.

Y, en este punto, se me plantea mi principal dilema, ¿a quién se acude cuando aparece un conflicto?, es decir, ¿quién delimita, en caso de duda, dónde acaba nuestro derecho y comienza el bien común? ¿quién interpreta la leyes y las aplica hasta determinar lo que se ajusta o no a derecho? ¿QUIÉN DECIDE, EN CASO DE DUDA, SI UNA HUELGA ES LEGAL O NO, ES JUSTA O NO?

Llegamos entonces al quid de la cuestión, y es que si todos estamos dudando si pueden los jueces ir a la huelga o no, ¿quién va a determinarlo? ¿quién juzga a los jueces? ¿quién va a decidir si pueden ejercer su derecho cuando la sociedad duda acerca de ello?

Me parece un buen motivo para que no puedan ir a la huelga, y en todo caso, si finalmente se llega a ese extremo, acepten además las otras obligaciones comunes a todos los trabajadores, y se eliminen prerrogativas que se pierden en el origen de los tiempos, cuando su poder no se limitaba a juzgar.

14 de enero de 2009

Los pilotos del SEPLA nos chantajean con nuestra seguridad

La tertulia de anoche en Hora 25 de la Cadena Ser fue, como siempre, esclarecedora y concisa, como suele ser habitual, creando opinión, de la buena, de la que es fruto de la razón y el entendimiento. Particularmente acertado estuvo el Sr. Carlos Carnicero con el que tengo la extraña manía de estar siempre de acuerdo, y que tiene la querencia de tener la razón las más de las veces.

Venía esto a propósito de la huelga de celo llevada a cabo los pilotos del SEPLA de Iberia sobre la que pueden hacerse diversas lecturas ya sean económicas o de seguridad, me gustaría plantear en este caso la rabia contenida que me suscita sus pretensiones económicas, aunque no deja de inquietarme la relación que plantean de estas con la seguridad en los vuelos.

¿Qué es una huelga de celo? ¿hacer una interpretación estricta de las normas de seguridad? que pasa, que cuando no hay huelga de celo ¿no se siguen de forma estricta las normas de seguridad? ¿Qué es una huelga de celo? ¿interpretar las normas de seguridad de forma engañosa y hasta irónica para provocar retrasos? ¿no es eso, en si mismo, un atentado contra la seguridad?
¿Qué es una huelga de celo? ¿un secuestro de la seguridad de los pasajeros para ser intercambiada ya sea por más dinero o más poder? Resulta que quien más tendría que velar por la seguridad propia (ellos también van en los aviones que pilotan) y la de los pasajeros que se ponen en sus manos, la utilizan como simple moneda de cambio.

Y el tema más flagrante, más indignante, ¿saben cuánto cobra un piloto de Iberia? pues cobran una media de 150.000 € anuales, trabajando algunos de ellos, los que realizan viajes transoceánicos, no más de 17 horas de trabajo semanales, ¿cómo se les queda el cuerpo? Y ahora las comparaciones, como siempre, odiosas, ¿saben cuánto cobra un neurocirujano? ¿un catedrático de cualquier facultad? ¿saben cuánto cobra la persona que les podría abrir de arriba a abajo en una mesa de quirófano para salvarles la vida? puede llegar, en el mejor de los casos, y al final de su carrera profesional a los 70.000 €, es lo que cobran los genios en España. Éstos también pueden salvarle la vida, en el sentido literal de la palabra, esperemos que nunca lleguen a reivindicar una subida salarial.

8 de enero de 2009

Sobre víctimas y verdugos.

No resulta sencillo, por lo menos para mi, posicionarme en lo que está sucediendo ahora mismo en Israel y Palestina, diviso unos orígenes demasiado lejanos como para creer que alguien pueda recordarlos con cordura y veo claramente la mano negra, una vez más, de las religiones y los supuestos derechos que otorga el creerse el pueblo elegido por dios.

Por lo menos una cosa si se, son uno de los pueblos que más han sufrido a lo largo de la historia de la humanidad, cosa que, por supuesto no les da derecho a convertirse en los mismo seres de los que han huido desde sus orígenes, vagando por desiertos, siempre de un lado a otro en busca de la tierra prometida, que no llegó hasta después del holocausto ... y me viene ahora a la mente una pregunta incómoda ¿por qué se toleró durante tantos años?

¿Cómo un pueblo objeto de las más oscuras perrerías puede olvidar en tan corto periodo de tiempo de donde viene? que nadie se crea, sigo sin tener claro quien tiene y no tiene razón, de hecho pienso que no importa, o por lo menos que le importa una mierda a todos los civiles inocentes que están muriendo en los dos bandos. Aun así siempre me tira el débil y saber que quien tiene el conocimiento puro del sufrimiento de la víctima por haberlo padecido en carne propia debería arder en el infierno (?) por haberlo olvidado y convertirse en el verdugo.

Por lo menos pediría que no se llame guerra a la lucha entre uno de los ejércitos mejor preparados del mundo y terroristas sin más salida que estamparse con un camión repleto de explosivos, ni comparemos misiles lanzados desde helicópteros de combate armados por un país democrático y soberano con cohetes de "juguete" fabricados por ingenieros de recreo. Eso no es una guerra, tendrá otro nombre, pero no es una guerra, aquí en España sabemos algo de eso ...