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25 de abril de 2008

Me da usted tanta pena ... Sr. Mario Conde.

Pues bien, aquí tenemos el tan esperado (?) blog dedicado al Sr. Conde. Si bien es cierto que me he documentado para tratar de no meter la pata en demasía, me recordaré a mi mismo y a quien le interese, que siempre pretendí en este blog no tirar demasiado de datos ni de informaciones ajenas, ya que tanto lo uno como lo otro siempre es relativo, cada uno acude a las fuentes que le interesan y utiliza las cifras tal como le da la gana, ya sabéis, eso de la botella medio vacía y medio llena.



Por lo tanto me voy a limitar, como siempre, a dar mi opinión, basada en mis impresiones que no valen ni mas ni menos que las tuyas. Normalmente, creo que como a todos, sólo se me genera una opinión cuando algún tema me importa o de alguna manera tiene algo que ver conmigo. No es este el caso del Sr. Conde, del cual no me había planteado tener una opinión hasta su reciente entrevista en TELE5 por razones obvias, léase generacionales o diferencia de clases sociales. Fue su carita de sufridor sabe-lo-todo la que detonó en mi una especie de recelo que por otra parte sentía con cierta distancia por considerar al Sr. Conde como una especie a parte de la humanidad, esa especie que vive en un mundo donde los problemas cotidianos no tienen nada que ver con los que todos conocemos, no voy a nombrarlos ahora.





Pues eso, voy a empezar a darle un poco de caña a mi tocayo para ver, además, si cierto personajillo de best seller que hay por ahí le da por bajar de la nuve y admirar a otra clase de ídolos, "haberlos hailos". (Anda mira !! se me acaba de ocurrir otro post : Personajes a los que admirar o Con quien pasarías toda una noche conversando. Ya me he vuelto a ir del tema ..., allá voy. En mi época, y de dónde yo provengo (ya sabéis...) las actividades bancarias (prestar dinero para cobrarlo con intereses) se llamaban de otro modo : usura.


Y era pecado.



Y tengo que decir que el pecado no tenía entonces las connotaciones que tiene ahora, no, implicaban algo mas : torturas, palizas, prisión, expulsión, ... o lo que era peor, la condenación eterna y los sufrimientos mas horrorosos tras una muerte nada recomendable, me estoy refiriendo al infierno. Por cierto, según el último comunicado del papa, parece que el infierno vuelve a oler a azufre y lo vuelven a dirigir unos hombrecillos rojos mitad hombre mitad cabra. OH PECADORES !!! ARREPENTÍOS !!! con lo que me había consolado yo cuando el añorado papa Juan Pablo II quiso hacer desaparecer esa idea del infierno que tantos beneficios ha dado a la Santa Madre Iglesia a lo largo de los siglos.



En este punto vamos a recapitular, tendríamos un pecado y un pecador, el Sr. Conde, en mi aldea lo hubiéramos llevado a la plaza del pueblo y lo hubiéramos empalado pero se que los tiempos cambian y que conste que creo que a mejor. Una alternativa hubiera sido llevarlo ante mi señor para que lo juzgara, cosa que tampoco hubiera sido demasiado justa ya que probablemente le debiera dinero al Sr. Conde con lo que mi Señor hubiera estado encantado con un juicio rápido y una condena fatal, que le vamos a hacer ..., eran los inicios de la justicia, aunque puestos a pensar, no ha mejorado tanto como parece desde los años oscuros, por lo menos con los poderosos, que siguen haciendo lo que les da la gana.



Pero volvamos a TELE5. Un concepto tan inmenso como el sufrimiento, el que esgrimió el Sr. Conde y que llevaba marcado en la cara, no puede ser utilizado para dar pena. Ha pagado su culpa, de eso no cabe la menor duda, pero no se ponga como ejemplo mas que para si mismo y por favor tenga un poco de verguenza y muestre algo de arrepentimiento ya que para usted la humildad es un concepto tan desconocido como la composición de la gomina, quizás, si empezáramos por ahí me creería todo el maldito rollo zen a través del cual cree haber visto la luz. Espero sinceramente que en sus largas jornadas de meditación trascendental, que en sus viajes astrales a lo largo y ancho de su universo particular, que en ese viaje de conocimiento interior se haya parado a pensar en el daño que hizo.



Estuvo en la cima, si, en ese lugar desde el cual se ve al resto de la humanidad como simples hormigas obreras, ya no son personas, sólo un medio para llegar a un fin. Fue la envidia de toda una generación, perdida ahora, cuando el éxito sólo lo han conseguido unos cuantos, porque el éxito, Sr. Conde no es un buen final de estación ni es un fin en si mismo, aunque fuera eso lo que nos hizo creer. Ahí Sr. Conde también nos engañó.




No atino a comprender las razones que lo llevaron a salir tan lloroso y descompuesto en un programa de la TV rosa después de tanto tiempo y realizar veladas amenazas de destapar no se sabe qué no se sabe cuándo, eso es de cobardes. Aunque creo que lo que mas le duele no son los años que pasó en prisión, tampoco la muerte de su mujer, ese es otro tipo de dolor mas profundo, tampoco que se le haya tratado de ladrón y maleante, lo que mas le duelo Sr. Conde es que alguien con un futuro tan prometedor como usted, con una brillante carrera y un coco tan inmenso no encontrara mas manera de llegar al poder (con mayúsculas), que esa. Usted quería el poder por el poder, por lo que conlleva, pero sabía que no valía,



y eso Sr. Conde si que le dolió.