16 de julio de 2009

Qué decepción ...


Pues parece que es así y como si yo no quisiera aceptarlo tras ver a través de mis ojos e intentar razonarlo concienzudamente, la razón es tan torticera como unidireccional, siempre llega al mismo destino, y no siempre es el que nos interesa, más bien al contrario.

Y es lo que tienen las ideas preconcebidas, que son tan reales para nosotros como la misma idea de verdad, impidiéndote ir más allá simplemente por el motivo de parecer una idiotez, ¿para qué vas a intentar refutar una afirmación que, aunque no se sepa de donde provenga, viene a sentar cátedra y a resolver de antemano cualquier refutamiento que cualquiera pretenda interponer?

Sin llegar a plantear un esquema mental completo, sin llegar a ninguna conclusión real, mi cabeza realiza esfuerzos inacabados por recolocarla geográficamente, de manera que se adecúe a esa afirmación perfectamente cabal, y es por esa inconsciente vagueza de no querer llegar a una conclusión que va en contra de esa "verdad" establecida, que me hace volver lelo en la mayor parte de mis momentos y que me impide romper el muro que tengo justo delante de las narices y ser un verdadero librepensador. Qué mala suerte.

Pues eso, para los ilusos como yo, que la Estatua de Colón no señala América.