18 de junio de 2008

La música de los Dioses (parte II)

Bueno, en esta segunda parte de la música para los Dioses (o para elevarse) os presento al Sr. Mozart, es probable que hayáis oído hablar de él, un geniecillo austríaco que nació allá por el siglo XVIII (gracias wikipedia). Se trata del concierto nº3 para violín :



Alegre, alegre desde el principio aunque con algunos momentos de premeditada indecisión e incluso de locura, como no podía ser de otro modo. Matices y variaciones tan diferentes como hermosas y complejas. Su conclusión, absolutamente emocionante y con un regusto de querer mas.

Queda probado, tal como podéis ver en el vídeo que la orquesta puede tocar sin director cuando éste utiliza su violín, que por cierto se trata de un stradivarius auténtico, sí, de esos que quedan tan pocos y cuyo sonido dicen que mejora con el tiempo amén de su precio, claro está. Por mucho que lo intento no consigo apreciar ninguna diferencia con otros violines mas modernos, pero no me hagáis ningún caso, mi oído musical no está tan desarrollado como el de los entendidos... De todos modos, no creo que haya mucha gente en el mundo capaz de apreciarlo, y en todo caso muchas menos de las que realmente, con fingida emoción, exclaman al oírlo : "como se nota que es un stradivarius ...".

Como último comentario diré que no noto al escucharlo ningún aumento en mi capacidad mental, aunque si gran bienestar y felicidad, me refiero el llamado "efecto Mozart", a lo mejor alguno de ustedes llega a experimentarlo, agradecería enormemente me pasara nota.

2 comentarios:

el escríba dijo...

Hola! ..trabajé con antiguedades,y estoy convencido de que conservan un rancio abolengo en su confección,con el tiempo y cuidado,se asientan los materiales formando una excelencia de sonidos. ,,me recuerda a Estefan Grapeli! ..Joer! ,.y ahora me acuerdo del extremo en intrumento,del Theremin,empleado por Hitchot para evocar recuerdos en Rebeca. Un saludo!

Mario Lorenz dijo...

Hola escriba !! lo del violín era anecdótico, pero te agradezco un montón tu comentario, lo bueno, si viejo, dos veces bueno.